“El dragón que se comió el sol” parte de un proyecto solidario realizado en la Baja Casamance, Senegal.
En este proyecto se recogió la tradición oral del pueblo Diola, escuchando a las mujeres y pintando con las niñas y los niños. Un niño desobediente, un elefante, un cocodrilo, una mujer, un anciano y un cazador son los personajes que van apareciendo a lo largo de la historia.
El cuento nos narra las aventuras de los personajes junto con el muñeco que hicieron niñas y niños senegaleses. Una caja decorada, que en sus lados y su interior nos cuentan una historia, una serpiente gigante que se enreda en el cuello de los oyentes, las llamas que iluminan el palacio de la princesa de la luz… son algunos de los objetos realizados por mi para enriquecer el espectáculo.
